Existen infinidad de formas de subir al pico del Hombre, ya sea desde Ezcaray o Valgañón. No nos faltarán ni el agua ni los pequeños y escondidos rincones de cuento como esta fuente de portada.
Subiendo desde Valgañón encontramos varios bosques mezclándose los de hoja caduca y perenne. Podemos subir en coche por Iguareña, por hasta 4 cortafuegos distintos, por sendas como el barranco del Roñadero, incluso monte a través.
El cilindro que divisamos en la lejanía al entrar en el valle de Ezcaray por encima del pueblo y de Santa Bárbara es mucho mayor de lo que aparenta.
Según nos acercamos al pico vemos crecer el cilindro hasta convertirse en refugio de montaña y caseta de observación de incendios. Lo encontraremos abierto en caso de necesidad de cobijo o de simplemente querer subir a asar algo y comer al resguardo.
Desde el refugio apetece asomarse a los distintos cortafuegos que nos muestran las poblaciones a sus pies: Ezcaray, Valgañón y la aldea de Cilbarrena. También divisaríamos perfectamente la estación de ski de Valdezcaray en un día más despejado.
Como casi siempre, cambiamos de recorrido al bajar y tomamos el cortafuegos de vuelta a Valgañón. Esta vez acompañados por una docena de buitres curiosos a corta distancia pero que nos alegran la vista.